Los ingredientes que vamos a utilizar son:
- Mejillones
- 1 Cebolla
- 1 bote de tomate triturado
- 1 pimiento rojo
- 1 pimiento verde
- Pimienta de cayena
- Aceite de oliva
- Sal
- Azúcar
Empezamos limpiando los mejillones. Para ello los pondremos debajo de un chorro de agua fría y rascaremos la cáscara con un cuchillo para quitarle la suciedad.
Una vez hayamos limpiado todos los reservamos.
Tapamos la cazuela y la tenemos unos 2 minutos hasta que estén todos abiertos.
Cuando hayan terminado de cocer los apartamos. El agua con el que hemos cocido los mejillones no lo tiraremos todavía porque lo utilizaremos más adelante.
Ahora empezamos con la salsa de tomate. Picamos la cebolla. No hace falta lo hagamos en cachitos muy pequeñitos ya que luego se triturará.
Hacemos lo mismo con el pimiento verde.
Y con el rojo.
Ponemos una cazuela al fuego con un chorrito de aceite de oliva.
Cuando esté caliente añadimos las verduras y una pizca de sal.
Cuando se hayan empezado a pochar las verduras añadimos la pimienta de cayena. Dependiendo de lo que queramos que pique añadiremos más o menos guindillas. Nosotros hemos echado 3 para que tenga un ligero toque picante pero sin llegar a molestar.
En este momento es en el que usaremos el agua de cocer los mejillones que hemos guardado antes. Echaremos medio o un vaso para que coja un ligero sabor.
Cuando la verdura esté pochada quitaremos las guindillas que hemos echado ya que si las dejamos sabría demasiado fuerte. Añadimos el tomate triturado y una pizca de sal, y lo dejamos que se haga a fuego lento con la cazuela tapada para que no nos salte. Cuando esté casi hecho rectificamos el sabor con una pizca de azúcar.
Lo pasamos por la batidora.
Y lo volvemos a echar a la cazuela.
¡Buen provecho!
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